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Sergio Laignelet como el Lobo Feroz |
“Los tres cerditos
caminan rumbo a sus casas
vestidos con pantalon corto”
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Las palabras del Maestro |
En 1964 Fletcher Markle entrevistó a Alfred
Hitchcock para la CBS. En esta conversación el gran maestro explica el efecto Kuleshov
o cómo crear suspense combinando las imágenes adecuadas. Imaginemos un primer
plano de un hombre de mediana edad. A continuación, la cámara nos muestra a una
madre jugando con su hijo en el parque. Y de nuevo podemos ver al hombre, que
reacciona ante lo que ve con una sonrisa llena de bondad. ¿Pero qué ocurriría
si la cámara mostrara a una chica en bikini en lugar de la madre con su hijo?
¿Qué veríamos en la sonrisa del hombre? Probablemente, la mueca de un
pervertido.
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Los Pájaros |
El artista holandés Erwin Olaf nos invita a
mirar a través del ojo de dos cerraduras. A través de la primera podemos ver a
un hombre de unos cuarenta años con un niño sentado en su regazo. Le está
leyendo un cuento y al mismo tiempo acaricia su pelo con lentitud. La escena es
turbadora, probablemente por el contraste entre la aspereza de las manos
huesudas del hombre y la suavidad de la piel infantil. Pero si miramos a través
de la segunda, veremos al mismo niño sentado en el regazo de una mujer de
rasgos maternales. La acción es la misma, pero sus gestos desprenden calidez y
afecto.
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Sergio Laignelet |
El poeta colombiano Sergio Laignelet nos
perturba con sus “Cuentos sin Hadas”, una colección de poemas en los que
distorsiona el reconfortante mundo
de los cuentos de antes de dormir. En tan solo unos versos y con una asombrosa
economía verbal, Laignelet consigue despertar nuestras más oscuras pesadillas.
Todo comienza con una idea, la semilla de una historia. El proceso creativo es
lento y casi doloroso, con innumerables versiones que serán sometidas al ojo
crítico de su compañera Fernanda, testigo de la evolución de una narración
cocinada a fuego lento hasta quedar reducida a un puñado de palabras que tienen
el efecto de un puñetazo en el estómago.
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Sergio Laignelet |
“luego
atados sobre la cama de un motel
con los pantaloncitos rodeándoles los tobillos
echan a llorar
mientras tanto
exhausto y sin aire duerme el lobo”
Finalmente, Sergio imprime el poema y lo archiva en un cuaderno que se
hizo hace años con las botas de montar de su hermana.
Inquietante.
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Sergio Laignelet y Lorenzo Hernandez |
© Fotos: Lorenzo Hernandez 2016.
Laignelet, Sergio, Cuentos sin
hadas, Las tres Orillas, 2010.
Más sobre Sergio Laignelet en:
La exposición “Hitchcock. Más allá del suspense” puede visitarse en el
Espacio Fundación Telefónica de Madrid hasta el 7 de febrero de 2016.
Hitchcock explica el efecto Kuleshov a Fletcher Markle
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