Friday, 4 November 2016

SERGIO LAIGNELET Y EL EFECTO KULESHOV

Sergio Laignelet como el Lobo Feroz
“Los tres cerditos
caminan rumbo a sus casas
vestidos con pantalon corto”

Las palabras del Maestro
En 1964 Fletcher Markle entrevistó a Alfred Hitchcock para la CBS. En esta conversación el gran maestro explica el efecto Kuleshov o cómo crear suspense combinando las imágenes adecuadas. Imaginemos un primer plano de un hombre de mediana edad. A continuación, la cámara nos muestra a una madre jugando con su hijo en el parque. Y de nuevo podemos ver al hombre, que reacciona ante lo que ve con una sonrisa llena de bondad. ¿Pero qué ocurriría si la cámara mostrara a una chica en bikini en lugar de la madre con su hijo? ¿Qué veríamos en la sonrisa del hombre? Probablemente, la mueca de un pervertido.


Los Pájaros
El artista holandés Erwin Olaf nos invita a mirar a través del ojo de dos cerraduras. A través de la primera podemos ver a un hombre de unos cuarenta años con un niño sentado en su regazo. Le está leyendo un cuento y al mismo tiempo acaricia su pelo con lentitud. La escena es turbadora, probablemente por el contraste entre la aspereza de las manos huesudas del hombre y la suavidad de la piel infantil. Pero si miramos a través de la segunda, veremos al mismo niño sentado en el regazo de una mujer de rasgos maternales. La acción es la misma, pero sus gestos desprenden calidez y afecto.


Sergio Laignelet
El poeta colombiano Sergio Laignelet nos perturba con sus “Cuentos sin Hadas”, una colección de poemas en los que distorsiona el  reconfortante mundo de los cuentos de antes de dormir. En tan solo unos versos y con una asombrosa economía verbal, Laignelet consigue despertar nuestras más oscuras pesadillas. Todo comienza con una idea, la semilla de una historia. El proceso creativo es lento y casi doloroso, con innumerables versiones que serán sometidas al ojo crítico de su compañera Fernanda, testigo de la evolución de una narración cocinada a fuego lento hasta quedar reducida a un puñado de palabras que tienen el efecto de un puñetazo en el estómago.


Sergio Laignelet

“luego
atados sobre la cama de un motel
con los pantaloncitos rodeándoles los tobillos
echan a llorar

mientras tanto
exhausto y sin aire duerme el lobo”

Finalmente, Sergio imprime el poema y lo archiva en un cuaderno que se hizo hace años con las botas de montar de su hermana.

Inquietante.

Sergio Laignelet y Lorenzo Hernandez

© Fotos: Lorenzo Hernandez 2016.

Laignelet, Sergio, Cuentos sin hadas, Las tres Orillas, 2010.

Más sobre Sergio Laignelet en:
La exposición “Hitchcock. Más allá del suspense” puede visitarse en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid hasta el 7 de febrero de 2016.
Hitchcock explica el efecto Kuleshov a Fletcher Markle



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