Hace unas
semanas un amigo me envió un enlace a una TED Talk titulada: La clave del éxito? Determinación.
Ángela cambió un trabajo de prestigio en una consultoría por otro mucho más
difícil, dar clases de matemáticas a niños de doce años y enseguida se dio
cuenta de que el éxito de sus alumnos no dependía tanto de su coeficiente
intelectual como de su determinación.
¿En qué
consiste esa determinación? Para Ángela “Determinación
es abordar los objetivos a largo plazo con pasión y perseverancia. Determinación es ser resistente,
mantenerte leal a tu futuro día tras día, no sólo durante una semana o un mes,
sino durante años, trabajando duro para convertir ese futuro en realidad. Determinación es concebir la vida como
un maratón, no un sprint.”
A Ángela le
encantaría oír esta historia, la de una promesa cumplida por el Congreso de su
país tras 231 años gracias a la perseverancia de una mujer: Teresa Valcarcel,
conocida en Washington como La dama del
retrato. No voy a entrar en detalles, pues hay un interesantísimo artículo
publicado en el Washington Post donde se narra toda esta aventura paso a paso.
Y para aquellos que no leéis en inglés, os mando un enlace a otro publicado en
la prensa española. Tan sólo diré que Teresa cambió Málaga por Washington por
amor. Allí formó una familia y convirtió EEUU en su nuevo hogar. Un día su
madre le envió un recorte de periódico que hablaba de un héroe de la revolución
americana, Bernardo de Gálvez, que nació en Macharaviaya, un pequeño pueblo entre
montañas de la Axarquía malagueña. El artículo hablaba de una carta que se
había encontrado en la que el congreso norteamericano prometía colgar un
retrato del héroe en el Capitolio. Teresa, ingenuamente, pensó que ya que
trabajaba cerca, podía acercarse al Congreso personalmente y recordarles que
tenían un cuadro por colgar. La
cosa se complicó un poco más de lo que esperaba pero Teresa, una humilde
secretaria del sindicato de profesores, no es de los que admiten un no como respuesta. Con su encanto y
simpatía se arregló para conseguir el apoyo de abogados, historiadores,
congresistas y senadores. Incluso reclutó a las Hijas de la Revolución
Americana. Y cuando se dio cuenta de que no había forma de encontrar el cuadro
que se suponía que tenían que colgar, consiguió que un prestigioso artista
pintara uno nuevo.
Bernardo de Gálvez en 1781 |
Hace un par de
días, mi primo Jose añadió más información a esta historia. Acababa de ver un
documental sobre Bernardo de Gálvez y se había enterado de que desde 2009 el
pueblo de Macharaviaya celebra el 4 de julio con una representación de la
Batalla de Pensacola, en la que los granaderos de Gálvez derrotaron a las
tropas británicas. Se trata del único pueblo en Europa donde se celebra el Día
de la Independencia.
Decidí
acercarme y echar un vistazo. No fue difícil convencer a Lorenzo, a mi hija
Carla (que se vuelve loca por todo lo americano) y a mis dos hermanos con sus
niños para que me acompañaran. La posibilidad de disfrutar de un auténtico
Independence Day con batalla, barbacoa y fuegos artificiales en medio de los
montes sonaba prometedor.
Calle Nueva Orleans en Macharaviaya |
Realmente no
sabía con qué me iba a encontrar. Lo primero que me sorprendió fue la belleza
de Macharaviaya, un pueblo de casitas blancas lleno de rincones por descubrir.
Me pareció exquisitamente cuidado sin ser turístico, algo muy de agradecer.
Llegamos temprano y los habitantes del lugar nos recibieron con entusiasmo. Lo
primero que vimos fue un miembro de la resistencia británica prestándole su
fusil a una pareja de visitantes para hacerse una foto. Afortunadamente, los
festejos no son muy conocidos todavía y no han convertido el pueblo en un
parque temático, como ocurre tan a menudo.
La
representación de la batalla estaba anunciada para las 21.30 y nosotros,
esperando una avalancha como la del festival de la Luna Mora, habíamos llegado
con dos horas de antelación. Lo bueno es que tuvimos tiempo de charlar con los
actores, los voluntarios y la gente del pueblo mientras se preparaban para el
acontecimiento. Siguiendo sus consejos, me senté en una pequeña tribuna situada
a un lado de la plaza principal mientras Lorenzo hacía fotos del ensayo. Como
me sobraba tiempo, me puse a chatear con mi amiga Julia de San Francisco, quien
no podía creerse un pedazo de la historia de su país se escondía entre las
montañas de la provincia de Málaga.
Enseguida nos
enteramos de que los actores eran miembros de la Asociación de Granaderos y Damas
de Gálvez, a los que se unía este año un grupo de alumnos de primaria del
colegio Custodio Puga, que ha estado trabajando durante todo este curso en un
proyecto sobre el héroe macharatungo de la revolución.
Lorenzo hizo
algunas fotos del actor que iba a representar el papel de Gálvez, un
descendiente directo cuyo parecido con su antepasado resulta absolutamente
sorprendente.
Bermardo de Gálvez en 2016
|
Al caer la
noche las tropas españolas y británicas llegaron a la plaza tras haber
desfilado por todo el pueblo. Resultaba impresionante ver a niños y adultos
desfilando con sus trajes de época, como un ejército disciplinado.
Los actores no
eran profesionales, pero se habían esforzado en preparar sus papeles. Los
trajes, especialmente los de las damas y las niñas, habían sido diseñados con
esmero.
Y cuando finalmente llegaron a las escena de la batalla, el entusiasmo
de los actores quedó reforzado por un uso efectivo del humo y la iluminación.
Tras la
representación me reuní con mis hermanos, que habían encontrado un bar detrás
de la plaza y estaban disfrutando de la brisa nocturna sentados en la terraza.
Vimos los fuegos artificiales mientras comíamos unas hamburguesas gigantescas y
comentábamos los acontecimientos de la jornada. Mientras sostenía en su regazo
a su hijo dormido, un amigo de mi hermano me comentó que había oído a uno de
los soldados españoles diciéndole al representante de la delegación americana
encargado de portar la bandera muy despacito, para que se enterara: “Oye, el
año que viene te vienes una semana antes. Pero esta vez te quedas en mi casa.”
Así se
estrechan los lazos entre naciones ¿no os parece?
Macharaviaya de noche |